Su labor como escritora impresiona, fue una importante autora dramática, en cuyas obras reflejó y denunció la hipocresía de la sociedad española de la época (la misma que la de hoy) en libros como “La Mujer del Porvenir”, “Estudios penitenciarios”, “Cartas a los delincuentes” o “El visitador del preso”.
Tuvo el valor de enfrentarse a los de siempre y también a los “eruditos” que defendían la teoría de la inferioridad de las mujeres por razones biológicas, siendo por ello, como podrán imaginar, insultada, difamada y ridiculizada por los cuñados de siempre, como siempre.
Nacida en Ferrol, en el seno de una familia noble e ilustrada y liberal (en lo referido a la libertad el individuo), destacó muy pronto por su encarnizada defensa de la igualdad entre el hombre y la mujer, es decir que la podemos considerar una pionera en eso del feminismo.
Los principales temas que inspiraron sus escritos fueron las cárceles y sus inhumanas condiciones de vida, seguramente motivada por las frecuentes “visitas” de su padre a prisión, un liberal en contra del absolutismo del mojón aquel de Fernando VII; la educación de las mujeres y el catolicismo.
En su afán por cursar estudios de derecho, en 1841, se disfrazó de hombre para ingresar en la Facultad de Derecho de la Universidad Central de Madrid, se cortó el pelo, se vistió con levita, capa y sombrero de copa. Al descubrirse su verdadera identidad intervino el rector y tras realizar un examen satisfactorio fue autorizada a asistir a las clases.
Mantuvo estrechos lazos con los intelectuales de su época y admiraba la obra en pro de la educación de la mujer llevada a cabo por Fernando Castro, que era capellán de la reina Isabel II. Fue miembro de la Junta Directiva del Ateneo Artístico y Literario de Señoras y se mantuvo atenta a los progresos que se producían en el mundo. Colaboró con en el Boletín de la Institución libre de enseñanza escribiendo artículos sobre temas penales y feministas.
En 1861, la Academia de Ciencias Morales y Políticas le concedió el premio por el compendio “La beneficencia, la filantropía y la caridad”, pasando a la historia como la primera mujer en recibir tal galardón.
Mujer de extrema generosidad, que fue madre de dos hijos y acogió, ayudó y sostuvo a innumerables personas necesitadas, murió en Vigo en febrero 1893.
Nacida en una familia acomodada, su abuelo era un comerciante norteamericano y su abuela pertenecía a una familia de corsos afincados en Puerto Rico. Su padre era catalán, ingeniero de caminos, y conoció a su madre en Puerto Rico durante una estancia allí por razones de trabajo. La de Zenobia Camprubí es la historia de una vida que a todas luces puede parecer contradictoria.
Considerada una de las primeras feministas y defensoras de la emancipación de la mujer, Zenobia vivió 40 años de su vida junto al poeta Juan Ramón Jiménez al apoyó en la edición de su obra, que antepuso a la propia.
Debido a esta actitud de aparente sumisión existe quien se empeña en ver en su relación con el poeta, una muestra de la anulación de la mujer por la sociedad sostenida en el patriarcado, una suerte de servilismo matrimonial que jugó a favor del onubense.
Sin embargo, Zenobia aseguró siempre ser una mujer feliz, que se sentía plenamente realizada como mujer y como esposa, que nada tenía que demostrar después de ejercer como profesora en grandes universidades americanas y formar parte del Lyceum femenino, junto a otras grandes mujeres de su época, como fueron sus amigas María de Maeztu y Victoria Kent.
Zenobia Camprubí murió en 1956, tres días después de ver como el hombre de su vida, Juan Ramón Jiménez, llegaba a casa con el Nobel de Literatura.
Con tu cuerpo, centinela,
estás la puerta guardando.
Cuerpo tendido y sonrisa,
parece que esté soñando.
Cara de niño y sonrisa,
pareces un ángel blanco.
Por los caminos del sol,
ya no volverás cantando.
Nacido en el seno de una familia aristocrática, por cuyas venas corre la sangre borbona, fue entregado por sus padres, que debían atender asuntos prioritarios, a su abuela, que tampoco tenía mucho tiempo para el pequeño Donatien que contaba con 4 tiernos años de edad, de modo que delegó la cosa de su educación en su tío, el escritor Jacques François Paul Aldonce, hermano de su padre, que fue quien lo inclinó hacia la literatura.
Con 10 años, el futuro marqués ingresó en el colegio de los jesuitas Louis-le-Grand, donde se apasionó por los libros de viajes y aprendió fácilmente alemán, provenzal e italiano, antes de ingresar, ya con 14 años, en la academia militar, de donde sale graduado con el grado de teniente, y es aceptado en el Regimiento de Caballería Ligera de la Guardia del Rey, que era en aquel momento la élite del ejército francés, e interviene con mérito en la toma de Mahón, en poder de los herejes ingleses en aquellos días, y a las órdenes de Richelieu.
Hasta este momento, el bueno de Donatien es un lechuguino más o menos normal, como cualquier otro, mucho emperifollo y peluca, pero poco jabón que desgata la piel. Pero al terminar la guerra de los 7 años, se casa se casa con Laurais Vacqueyras de Lacoste, una guapa moza con quien tuvo tres hijos, y que tenía gustos algo “exóticos” que con el tiempo fue inoculando en su marido que comenzó a gustar también de ello y se convirtió en consumado maestro de la promiscuidad, el libertinaje...
No obstante, al amigo Alphonse se le empezó a aflojar la pinza y dio inicio a unos rituales cada vez más violentos e incluso sangrientos, por los que fue denunciado en varias ocasiones, llegando a ser investigado, sin embargo, su excelente historial militar y el título, ya heredado de papá, lo mantenían a salvo de cualquier condena.
Hasta que el envenenamiento de siete prostitutas hizo imposible el mirar para otro lado y fue condenado, padeciendo desde instante un confinamiento de más de 26 años en cárceles y manicomios, donde fue a peor.
Es en ese período, de presunta absoluta demencia, sin embargo, emprende su más ardua labor literaria y plasma por medio de la escritura todas sus perversiones.
En sus obras son característicos los antihéroes, protagonistas de las más aberrantes violaciones y de disertaciones en las que justifican cínicamente sus actos. El ateísmo, la descripción de parafilias y actos de violencia extrema, son los temas más recurrentes de sus escritos, en los que prima la idea del triunfo del vicio sobre la virtud.
Es Donatien el autor de “Los crímenes del amor” y “Aline y Valcour”, entre otras numerosas novelas, y piezas de teatro, pero también se le atribuyen “Justine o los infortunios de la virtud” y “Juliette o las prosperidades del vicio” o “Las 120 jornadas de Sodoma”, también entre otras.
Todas sus obras estuvieron incluidas en el Index librorum prohibitorum (Índice de libros prohibidos) de la Iglesia católica, especialmente y sobre todo, etiquetada como “infame”, “Justine”.
Donatien Alphonse François, marqués de Sade, ha pasado a la historia como un perturbado y un psicópata, cuando en realidad fue solo un hombre que no abrazó la hipocresía del mundo en el que vivía, la sociedad francesa estaba inmersa en un momento de extremo libertinaje, donde todo valía especialmente entre la aristocracia y de la burguesía donde el lema era “placer a todo precio” y cuyo ejemplo y su modelo de comportamiento, era el del Luis XV, un monarca que se hizo construir burdeles privados donde “ejercían” las más altas damas de la nobleza, en muchos casos con la anuencia y asistencia de sus nobles maridos; una sociedad en decadencia, idóneo caldo de cultivo donde nuestro marqués llevo hasta el extremo la perversión y la pasión que anidan en todo ser humano, pero que él se negó a recluir, dejando en cambio que campara libre por su alma. Incluso, en cierto sentido, Sade puede considerarse un moralista que denuncia en sus obras la hipocresía de su época y su mundo.
Moría Alphonse el 2 de diciembre de 1814 en el Hospital Esquirol.
Desde 1834, la palabra "sadismo" aparece en el diccionario en varios idiomas para describir la propia excitación producida al cometer actos de crueldad sobre otra persona.
Su obra fue reivindicada en el siglo XX por André Breton, Paul Éluard, Louis Aragon y otras figuras del surrealismo.
Sin duda una de las más prolíficas y leídas del siglo XX, con más de doscientas publicaciones distribuidas en varios géneros, Christie está considerada como la novelista más vendida de todos los tiempos.
Nacida en 1890 fue la hija menor del corredor de bolsa estadounidense Fred Miller, y de la británica Clarissa “Clara” Boehmer, lo que le otorgó el estatus de “clase alta” y le permitió una educación privada hasta su adolescencia.
Cuando su padre falleció en 1902 se trasladó a París, donde estudió piano y canto con la intención de convertirse en cantante profesional, sin embargo, comprendió pronto que su carrera como cantante nunca sería larga, por lo que decidió regresar a Inglaterra.
Durante la I Guerra Mundial se desempeñó como enfermera y conoció Archibald, un piloto de aviación, con quien se casó, aunque años después Archi le fue infiel con la secretaria de la autora, lo que provocó el divorcio.
En 1920 publicó su primera novela, El misterioso caso de Styles, en la que ya aparecía el detective Hércules Poirot. Su aparición fue continuada por la de Miss Marple, Tommy y Tuppence Beresford.
En 1926, tras divorciarse de su marido y afectada por una supuesta depresión, desapareció misteriosamente durante once días, finalmente encontrada bajo un posible cuadro de amnesia en un hotel bajo el nombre de una amante de su marido.
En 1928, Agatha viajó a Estambul y de allí a Bagdad a bordo del Orient Express. Años más tarde, la escritora se inspiraría en este viaje para escribir en 1934 una de sus novelas más famosas, Asesinato en el Orient Express.
En 1930, se casó de nuevo, esta vez con el arqueólogo Max Mallowan, a quien acompañó largas temporadas en sus viajes a Irak y Siria. Este hecho es fundamental en la obra de Agatha Christie, porque a partir de entonces, sus novelas estuvieron influenciadas por la egiptología y la arqueología y nacieron algunas de las mejores de sus historias, como Muerte en el Nilo, en 1937.
Durante la Segunda Guerra Mundial, Christie trabajó en la farmacia del University College y aprovechó esta circunstancia para enriquecer sus conocimientos acerca de los venenos. En esa época escribió El misterio de Pale Horse.
El 12 de enero de 1976, después de una “buena vida“, según dejó escrito, Agatha Christie moría, un año después de publicarse su última novela, Telón, en la que “mataba” a su célebre personaje, Hércules Poirot.
Considerado uno de los más brillantes y originales autores de narrativa fantástica del siglo XX, nació en el seno de una familia burguesa, de Providence, localidad de Nueva Inglaterra, cuyos paisajes, al igual que la temprana muerte de su padre, influyeron decisivamente en su obra.
Fue autor de novelas de ciencia ficción y relatos de terror a los que aportó una mitología propia (los mitos de Cthulhu), lo que la valió ser considerado maestro de la literatura fantástica, desarrollando una narrativa única que recrea una mitología terrorífica de seres de un inframundo paralelo. Su obra constituye un mito del horror universal, completamente ajena a la temática tradicional de terror, fue capaz de incorporar en sus relatos elementos de ciencia ficción que dotaron a los mismo de una dimensión propia, el "lovecraftianismo".
Es sin duda esta pléyade de seres fantásticos fruto de la fecunda imaginación del escritor la que da a la obra de Lovecraft el marchamo de calidad, de originalidad en cuentos como Las ratas en las paredes (1924), o Los mitos de Cthulhu (1926) y en novelas como El caso de Charles Dexter Ward (1927), una particularísima mitología que enriqueció con divinidades menores con esferas de influencia distintas que sostuvo con el recurso a los libros ficticios malditos, como el Necromicón.
Lovecraft cultivó la poesía, el ensayo y la literatura epistolar, lo que lo convierte en uno de los autores más prolíficos y versátiles del siglo XX
"No era fruto de los planetas y soles que brillan en los telescopios y en las placas fotográficas de nuestros observatorios. No era ningún soplo de los cielos cuyos movimientos y dimensiones miden nuestros astrónomos o consideran demasiado vastos para ser medidos. No era más que un color surgido del espacio...Un pavoroso mensajero de unos reinos del infinito situados más allá de la Naturaleza que nosotros conocemos; de unos reinos cuya simple existencia aturde el cerebro con las inmensas posibilidades extra cósmicas que ofrece a nuestra imaginación".
(La extraña casa elevada entre la niebla)
Nacido en la localidad granadina de Fuente Vaqueros, un 5 de junio de un año muy marcado para España como fue 1898, hijo de un acomodado hacendado y una maestra de escuela, la infancia de Federico, transcurrió tranquila y en un ambiente rural, pero cultivado, que propició un interés por las artes en el joven Federico que lo llevaría a estudiar guitarra y piano.
En la Universidad de Granada: estudió filosofía y letras y se licenció en derecho, en esa época entabló amistad con el prestigioso compositor Manuel de Falla, quien ejerció una gran influencia en él, transmitiéndole su amor por el folclore y las raíces del pueblo.
Con 18 años publica su primera composición literaria "Fantasía Simbólica" en el Boletín del Centro Artístico de Granada, y con 20 publica su primer libro, "Impresiones y paisajes" (1918), en el que se adivina sin esfuerzo la influencia de Antonio Machado, a quien García Lorca conoció durante un viaje a Baeza, localidad donde el sevillano ejercía de profesor de francés.
En 1919 se traslada hasta Madrid, e ingresa en la Residencia de Estudiantes, donde conoció a autores ya consagrados como Juan Ramón Jiménez, y trabó amistad con poetas de su generación y artistas como el pintor catalán Salvador Dalí, en este entorno de genios y ebullición cultural Federico García Lorca, pronto se hizo de un lugar.
En 1920 estrenó en el Teatro Eslava de Madrid su drama "El maleficio de la mariposa", un primer contacto con el mundo de la producción teatral que fue un rotundo fracaso.
No sería hasta 1927, con la representación de "Mariana Pineda", una obra basada en la vida de la heroína granadina, que alcanzó realmente el Olimpo de los dramaturgos.
Lorca viajó a Nueva York, en 1929, y aquella experiencia lo inspiró para escribir una de sus obras más conocida "Poeta en Nueva York", que, sin embargo, García Lorca no llegó a ver publicado, (fue publicado póstumamente en 1940), en el que denuncia la civilización urbana y mecanizada, y su deshumanización.
De Nueva York se trasladó a Cuba. Invitado por la Institución Hispanoamericana de Cultura, impartió en La Habana algunas conferencias memorables, como "Son de negros", aunque no tardó en regresar a Madrid (en otoño de 1930), donde le aguardaba la consagración definitiva como uno de los mayores dramaturgos de las letras españolas.
Een 1932 Federico fue nombrado director de La Barraca, una compañía de teatro universitario que quiso llevar a los pueblos de Castilla el teatro clásico del Siglo de Oro. Así, los últimos años de su vida los consagró al teatro, y fruto de esa mayor dedicación al mundo de las bambalinas, da a luz a sus tres grandes dramas rurales que constituyen la cima de su producción y que sitúan a Lorca entre los grandes dramaturgos europeos de la historia: Bodas de Sangre (1933), Yerma (1934) y La casa de Bernarda Alba (1936), aunque en ese periodo no olvido la poesía y terminó en 1934 el Diván de Tamarit, un libro de poemas, o escribió la hermosa elegía Llanto por Ignacio Sánchez Mejías (1935), dedicada a su amigo torero.
Dramaturgo inmortal que coronó la llamada "Edad de Plata" de la literatura hispana, que tuvo culminación en la obra poética de la Generación del 27, terminó por ser una de las víctimas de los asesinos fascistas que ahogaron España en sangre desde 1936 y hasta la muerte del genocida Francisco franco en 1975.
En julio de 1936, tras el fracaso del golpe de estado fascista contra la II República española, se produjo un alzamiento militar de un puñado de generales traidores que desató la cruenta guerra civil en la que se desangró España entre 1936 y 1939.
A pesar de recibir ofertas de asilo diplomático de Colombia y México, García Lorca decidió regresar a Granada, con su familia. Una pasión por su gente y su tierra, que le costará la vida en la madrugada del 18 de agosto de 1936, cuando fue asesinado por pistoleros falangistas. Tenía 38 años de edad.
Décadas después, en 2015, se hizo pública el acta de su fusilamiento, un delirante documento en el que se le acusaba de espionaje y traición, de ser masón, homosexual y socialista, y en el mismo se afirma que García Lorca había “confesado”.
La noticia de su asesinato a manos de los traidores franquistas, conmocionó al mundo, e intelectuales de renombre de casi todos los países solicitaron información y se interesaron por la suerte de García Lorca, a los fascistas sublevados, sin embargo, los cobardes asesinos siempre les ofrecieron el silencio por respuesta. Solo tiempo después, al ser consciente de la inmensidad de García Lorca, el genocida Francisco Franco, miserable y cobarde, ordenó que se ofreciese la absurda versión de que los asesinos de Lorca habían sido las autoridades republicanas.